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ãÔÇåÏÉ ÇáäÓÎÉ ßÇãáÉ : Arsuaga: “Para escribir de la Prehistoria tienes que haber sido un salvaje. Yo sigo s


Reem
05-31-2024, 12:10 PM
Juan Luis Arsuaga es uno de los paleoantrop?logos m?s respetados y reconocidos del mundo. Ejerce como catedr?tico de Paleontolog?a y ayud? a descubrir los misterios de la humanidad encerrados en Atapuerca. ?l se considera, sobre todo y en esencia, un salvaje.

Reedita su primera novela. ?Qué tal se lleva un cient?fico con las licencias narrativas y la prosa de ficci?n?

Es una reedici?n, pero para m? este era el momento. Me empe?é en que se reeditase, porque en su momento no lleg? mucho al p?blico. Se agot?, entre los del mundo m?s cercano, pero no lleg? al gran p?blico. Era absurdo, porque mucha gente lo quer?a comprar y me lo ped?a. Cuando uno cuenta una historia, quiere que llegue. La ocasi?n era esta, el momento me parece que es ahora. Me parece mucho mejor que antes porque ya la encuentro ajena, no me parece m?a.

?Disfruta de ella como lector?

S?, ya no me parece m?a. Yo quer?a que fuese una leyenda, un cuento de los que se cuentan junto al fuego. Escapar un poco del corsé que imponen las editoriales y el mundo del libro, de esa din?mica. Me llenar?a de orgullo que las madres se lo contasen a sus hijos. Que sea un cuento que se cuente a s? mismo. Leyéndolo ahora, no veo al escritor. Ahora se hace mucha literatura hist?rica, hay cierta moda. Esto lo escrib? cuando nadie escrib?a novela hist?rica. Prehist?rica, en todo caso.

La Prehistoria es un per?odo abandonado por la cultura popular y la ficci?n. No hay muchas obras insertadas en esa etapa.

Hay poqu?simo, y todo muy malo. Para escribir de la Prehistoria tienes que haber sido un salvaje alguna vez, aunque sea de ni?o. No es cre?ble que el ni?o ese que no jugaba con los otros ni?os, que se encerraba en la biblioteca, pueda escribir un libro de la Prehistoria. Para escribir un libro de la Prehistoria tienes que ser parte de la naturaleza. La mayor parte de los escritores son urbanos, y escriben desde una habitaci?n.

?Usted no?

No, todo lo contrario. Todav?a, creo, no estoy domesticado, no lo he estado nunca. Sigo siendo un salvaje. Si quieres, un inadaptado. Mi hogar es la naturaleza. Recuerdo un viaje de escritores de estos que organizan a veces. Nos llevaron a Zaragoza a un acto en tren, y nos preguntaron: “?Qué habéis estado haciendo?”. Uno dec?a que hab?a estado escribiendo una novela, otro que estaba leyendo a Tolst?i. Yo estuve mirando por la ventanilla. Hay todo un espect?culo en la naturaleza. El tren Madrid Zaragoza es un espect?culo. Yo soy Dersu Uzala, no el autor de Dersu Uzala. Soy el ni?o que va mirando por la ventanilla, no el que va leyendo Anna Karenina. Yo jam?s escribir?a una novela en la que un escritor llega a una ciudad con mar, queda con una periodista para hacer una entrevista, y la periodista tiene tatuado un velero bergant?n. Es una buena novela, al menos tiene un buen inicio. Pero ese no es mi mundo, es el de un escritor que est? en un hotel. ?C?mo una persona que piensa en estos par?metros va a escribir sobre lo que es la vida en la naturaleza? Hay algunos que dicen que van a coger setas, o que cazan. ?C?mo vas a escribir sobre el mar si no has navegado? La Prehistoria hay que vivirla.

En la novela, la protagonista es la naturaleza. Habla de leyendas de los sabios de la tribu, y dice que casi todo es verdad. ?Qué hay de historia en la leyenda?

Nada. Pero es todo verdad: el vestuario, los ecosistemas, el clima, y las historias que se cuentan. La mayor parte de las historias son historias de alg?n pueblo de la tierra. De ni?o devoraba historias de los pueblos primitivos, me sent?a un salvaje y no encontraba gente como yo. Muchas de las historias que cuento ah? son relatos inuit, o de los aranda del desierto de Australia.

?De d?nde viene la fascinaci?n por un per?odo hist?rico tan lejano, pero al que seguimos recurriendo para entender nuestra propia naturaleza?

Nos queda muy cercano. La capa de cultura es muy fina. Nos queda aqu? mismo, en la infancia. A los ni?os los llevas al zoo y abren los ojos como platos. Tengo el punto transgresor de los ni?os.

?Y de los salvajes!

S?, es que los ni?os son los salvajes. Hay que encerrarlos en un aula para domesticarlos. Hemos sido salvajes, y eso se ve. Vas a la playa y ves a los ni?os hurgando en la arena, en las rocas. Todo sigue ah?, la naturaleza sigue ah?. Lo destruimos, pero todo sigue ah?, lo llevamos dentro. De tanto ir al supermercado, se nos olvida. Los ni?os son los que disfrutan en la Casa de los Peces, los padres, los que los llevan.

?Qué nos ense?a la Prehistoria sobre nuestro presente?

Que no podemos ser esto [se?ala a la carretera, llena de coches] y no lo digo por las ciudades, que son bell?simas. Una cosa no es incompatible con otra, pero todo est? en la Prehistoria. Ayer por la tarde me quedé sin comer, porque me fui a ver un cuadro nuevo de Caravaggio que hay en el Museo del Prado. Es que en la Prehistoria también hab?a arte. El gusto por la belleza no nos hace m?s urbanos, porque ya lo ten?an los de Altamira.

?Se tiende a minusvalorar, con los ojos de hoy, el arte primitivo, o a no considerarlo arte en s??

Me hace mucha gracia que un se?or que no se mueve, que no hace nada, se considere superior a un t?o que est? todo el d?a haciendo ejercicio en plena naturaleza, que come sano, que se mueve, que distingue los cantos de los p?jaros, que tiene 70 palabras para el color verde y que se adorna de arriba abajo, con tatuajes, pulseras, plumas, y que pinta bisontes en las cavernas. ?Superiores nosotros? Superiores de qué. Si alguien cree que somos superiores es que no se ha mirado al espejo.

Plasmar la historia de hace miles de a?os en formato novela, ?tiene vocaci?n de hacerla m?s accesible?

No es una novela, tal y como yo lo veo. El protagonista es la naturaleza, y luego, el protagonista es el mundo. Y luego, ah? pasan cosas, hay una trama, pero es la de siempre: amor, celos, envidia, ambici?n. Eso ya lo conocemos.

?Vuelve el apego a la naturaleza tras a?os en la burbuja del asfalto?

Se vuelve. La Prehistoria es la época en la que éramos pr?ncipes. No porque lo fuéramos, sino porque nos sent?amos pr?ncipes.

?Conviv?amos con el elemento, en lugar de dominarlo?

Hab?a una armon?a y un equilibrio, un respeto y una conciencia, que es la esencia del pensamiento m?gico, que se puede describir simplemente como la creencia de que todo est? conectado. Al mismo tiempo, eso es una verdad cient?fica. Si alteras el orden de la naturaleza, las conexiones, los flujos, vas a ser desgraciado y vas a pagar por ello.



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