Reem
06-08-2024, 01:40 PM
Inform?tico con un puesto de alta responsabilidad técnica en una empresa,*Javier P. reconoce que es “completamente incapaz” de saber c?mo su hijo, estudiante de*4? de ESO, piratea el sistema de*control parental*para pasar m?s horas con su m?vil y jugar al videojuego (https://aglitk.com/tags/videojuego/)que le apasiona.
Teresa A., empresaria, ha hecho dos cursos de controles parentales y otro de ciberseguridad para ponerse al d?a en la vigilancia del ocio online de su hija, de 14 a?os. “Es muy complicado pedirle a un ni?o que haga un uso responsable, serio y sereno de unas aplicaciones concebidas para ser adictivas”, explica.
Nacho, comercial y padre de una hija de 16 a?os, afirma que pactar el uso y los tiempos de Insta (Instagram) y TikTok es “una guerra diaria”. “Cuando seas viejo, te voy a poner en tu m?vil Family Link (el control parental gratuito de Google, el m?s extendido entre las familias) para que sufras lo que estoy sufriendo yo”, le repite constantemente su hija. Y lo dice en serio.
Javier, Teresa y Nacho son tres ejemplos que confirman que los controles parentales actuales son farragosos y tienen agujeros. La*nueva normativa que cocina el Gobierno para proteger digitalmente a los menores*obligar? a los fabricantes a que todos los dispositivos tengan, de f?brica, un sistema “sencillo” de control parental. La futura ley crear?n nuevas figuras penales para evitar el acceso infantil a contenidos inapropiados y las ultrafalsificaciones con IA (https://aglitk.com/tags/inteligencia-artificial/). Adem?s, elevar? de 14 a 16 a?os la edad para consentir el tratamiento de los datos personales, paso previo para registrarse en una red social.
“Es una ley que tiene buenas intenciones, pero ser? muy dif?cil de cumplir. El principal problema es que los padres y las madres no somos nativos digitales. Nos movemos entre la*ignorancia y la pereza. No somos capaces de poner en orden nuestros propios ordenadores, como para controlar el m?vil de nuestros hijos”, sentencia Nacho.
Alumna con un expediente académico brillante, la hija de Nacho*no*tiene problemas de adicci?n a la tecnolog?a. Pero reconoce que lo que m?s le puede amargar en el mundo es que le resten minutos de m?vil. “Lo vive como una pu?alada. Si por ella fuera, estar?a horas, incluso d?as enteros, en Insta. Los chavales ya no hablan por teléfono. Ni siquiera por WhatsApp. Lo hacen por*Insta”, explica Nacho.
El comercial reconoce que su hija domina la tecnolog?a mucho m?s que él. “Hace unas presentaciones con PowerPoint para clase que son incre?bles. Yo ser?a incapaz de hacerlas para mi trabajo. Supongo que es lo bueno de esta generaci?n”, concluye.
Tres cursos de formaci?n
Al igual que Nacho, Teresa y su marido llevan a?os hablando con su hija, Laura, sobre*lo bueno y lo malo*de la tecnolog?a. “Cuando era peque?a, no hab?a problema. Pero ahora tiene 14 a?os y le puede m?s el impulso de ser como los otros ni?os. Al igual que la hija de Nacho, Laura siempre juega la baza de “las madres de mis amigas s? que les dejan mucho tiempo el m?vil, no son tan controladoras”.
Cuando Laura comenz? a coquetear con el 'smartphone', su madre se meti? “en el apasionante mundo” de los controles parentales. “He hecho tres cursos de formaci?n y pago*40 euros al a?o*a una plataforma para revisar el uso de internet que hace mi hija. Ella siempre busca una puerta por la que colarse y no consigo saber c?mo lo hace. No sufre adicci?n y sigue sacando buenas notas, pero se pasa horas viendo las webs de tiendas de ropa en lugar de estudiar o jugar. Es incapaz de autorregularse.*No la veo madura. Hay ni?os que, si reciben una buena educaci?n digital, son capaces de hacer un uso responsable. Pero mi hija no. Ella ara?a todas las horas que puede”, afirma la empresaria, que permite a Laura estar solo un rato los s?bados y los domingos navegando en Insta, donde tiene*prohibido subir fotos.
Teresa reconoce que, en realidad, los adultos sufren el mismo problema que los j?venes. “A m? me pasa lo mismo en Twitter (ahora X). Me digo a m? misma que es por trabajo, pero me paso mucho tiempo en esa red social, tiempo que pierdo para dormir, leer o hacer otras cosas”, afirma.
M?s optimista que Nacho con la futura ley de protecci?n digital a los menores, Teresa pide que la legislaci?n sea el comienzo de un pacto social para tomar conciencia del problema que tienen muchas familias. “Que también tomen nota los colegios. Todas las autonom?as han aprobado*normativas para prohibir el uso de los m?viles en el aula (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/moviles-menores-tendran-control-parental-obligatorio-103297300), pero luego tienes al profesor de cualquier asignatura pidiendo que una actividad muy simple la hagan con el m?vil. Estamos delante de una generaci?n que estudia con el smartphone encima de la mesa, viviendo pendiente de las notificaciones”, critica.
ÃßËÑ... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/control-parental-moviles-supera-familias-103519809)
Teresa A., empresaria, ha hecho dos cursos de controles parentales y otro de ciberseguridad para ponerse al d?a en la vigilancia del ocio online de su hija, de 14 a?os. “Es muy complicado pedirle a un ni?o que haga un uso responsable, serio y sereno de unas aplicaciones concebidas para ser adictivas”, explica.
Nacho, comercial y padre de una hija de 16 a?os, afirma que pactar el uso y los tiempos de Insta (Instagram) y TikTok es “una guerra diaria”. “Cuando seas viejo, te voy a poner en tu m?vil Family Link (el control parental gratuito de Google, el m?s extendido entre las familias) para que sufras lo que estoy sufriendo yo”, le repite constantemente su hija. Y lo dice en serio.
Javier, Teresa y Nacho son tres ejemplos que confirman que los controles parentales actuales son farragosos y tienen agujeros. La*nueva normativa que cocina el Gobierno para proteger digitalmente a los menores*obligar? a los fabricantes a que todos los dispositivos tengan, de f?brica, un sistema “sencillo” de control parental. La futura ley crear?n nuevas figuras penales para evitar el acceso infantil a contenidos inapropiados y las ultrafalsificaciones con IA (https://aglitk.com/tags/inteligencia-artificial/). Adem?s, elevar? de 14 a 16 a?os la edad para consentir el tratamiento de los datos personales, paso previo para registrarse en una red social.
“Es una ley que tiene buenas intenciones, pero ser? muy dif?cil de cumplir. El principal problema es que los padres y las madres no somos nativos digitales. Nos movemos entre la*ignorancia y la pereza. No somos capaces de poner en orden nuestros propios ordenadores, como para controlar el m?vil de nuestros hijos”, sentencia Nacho.
Alumna con un expediente académico brillante, la hija de Nacho*no*tiene problemas de adicci?n a la tecnolog?a. Pero reconoce que lo que m?s le puede amargar en el mundo es que le resten minutos de m?vil. “Lo vive como una pu?alada. Si por ella fuera, estar?a horas, incluso d?as enteros, en Insta. Los chavales ya no hablan por teléfono. Ni siquiera por WhatsApp. Lo hacen por*Insta”, explica Nacho.
El comercial reconoce que su hija domina la tecnolog?a mucho m?s que él. “Hace unas presentaciones con PowerPoint para clase que son incre?bles. Yo ser?a incapaz de hacerlas para mi trabajo. Supongo que es lo bueno de esta generaci?n”, concluye.
Tres cursos de formaci?n
Al igual que Nacho, Teresa y su marido llevan a?os hablando con su hija, Laura, sobre*lo bueno y lo malo*de la tecnolog?a. “Cuando era peque?a, no hab?a problema. Pero ahora tiene 14 a?os y le puede m?s el impulso de ser como los otros ni?os. Al igual que la hija de Nacho, Laura siempre juega la baza de “las madres de mis amigas s? que les dejan mucho tiempo el m?vil, no son tan controladoras”.
Cuando Laura comenz? a coquetear con el 'smartphone', su madre se meti? “en el apasionante mundo” de los controles parentales. “He hecho tres cursos de formaci?n y pago*40 euros al a?o*a una plataforma para revisar el uso de internet que hace mi hija. Ella siempre busca una puerta por la que colarse y no consigo saber c?mo lo hace. No sufre adicci?n y sigue sacando buenas notas, pero se pasa horas viendo las webs de tiendas de ropa en lugar de estudiar o jugar. Es incapaz de autorregularse.*No la veo madura. Hay ni?os que, si reciben una buena educaci?n digital, son capaces de hacer un uso responsable. Pero mi hija no. Ella ara?a todas las horas que puede”, afirma la empresaria, que permite a Laura estar solo un rato los s?bados y los domingos navegando en Insta, donde tiene*prohibido subir fotos.
Teresa reconoce que, en realidad, los adultos sufren el mismo problema que los j?venes. “A m? me pasa lo mismo en Twitter (ahora X). Me digo a m? misma que es por trabajo, pero me paso mucho tiempo en esa red social, tiempo que pierdo para dormir, leer o hacer otras cosas”, afirma.
M?s optimista que Nacho con la futura ley de protecci?n digital a los menores, Teresa pide que la legislaci?n sea el comienzo de un pacto social para tomar conciencia del problema que tienen muchas familias. “Que también tomen nota los colegios. Todas las autonom?as han aprobado*normativas para prohibir el uso de los m?viles en el aula (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/moviles-menores-tendran-control-parental-obligatorio-103297300), pero luego tienes al profesor de cualquier asignatura pidiendo que una actividad muy simple la hagan con el m?vil. Estamos delante de una generaci?n que estudia con el smartphone encima de la mesa, viviendo pendiente de las notificaciones”, critica.
ÃßËÑ... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/control-parental-moviles-supera-familias-103519809)