Reem
06-12-2024, 05:30 AM
Vol? y lo logr?. Ah? est? ese oro europeo que, a pocas semanas de los Juegos, la coloca pr?cticamente en el podio ol?mpico. No creo que en ese momento se le pasara por la cabeza que, diecinueve meses antes, hab?a parido una criatura que estaba viéndola en brazos de su padre. Recuperarse de una ces?rea, poner su cuerpo y su cabeza en ‘mode on’ y multiplicar por diez ese car?cter competitivo que la caracteriza fue mucho m?s que un reto para Ana Peleteiro: era una necesidad. Ama lo que hace, se crece en la adversidad y le pone todo lo que tiene aristas. Ya est? ella para pulirlas.
La medalla de oro fue la culminaci?n de un camino que, pocos d?as antes, se encargaron los de siempre de intentar amargarle la fiesta (https://www.sport.es/es/noticias/atletismo/sueno-olimpico-peleteiro-dorado-102384547). Esos que, por desgracia, se retroalimentan, se multiplican y cuentan con el apoyo de un sector de la sociedad. Racistas y machistas que la cuestionan por ser mestiza cuando ella, contenta, luce la equipaci?n del equipo nacional. La atleta reconoci? que le hab?a sorprendido porque, hasta el momento, muy pocos la hab?an cuestionado en este sentido. Ahora son m?s, se sienten poderosos y la atacan sin disimulo. “?No hay atletas blancas o qué?”, escrib?a uno de estos cafres a los que Ana visibiliz? para mostrar la realidad de su d?a a d?a.
Ana no resulta c?moda porque no se veta. “Calladitas est?is m?s monas”, titulaba yo este verano un art?culo dedicado a las futbolistas de La Roja en esta ‘contra’. Cuando deciden no enmudecer, atragantan a los mismos que las agreden. Si adem?s rompen barreras desde la excelencia deportiva, m?s rabia dan. Entre las que lograron ese oro en el Mundial de F?tbol, también se alineaba una madre, Irene Paredes. Una de las demandas de ese grupo reclamaba la conciliaci?n, un ‘d?a después’ de lo anteriormente sufrido: mientras seas futbolista, no puedes quedarte embarazada. Una cla?sula no escrita pero siempre impl?cita antes de la firma de cualquier contrato. Una realidad asumida por todas las partes hasta que dijeron #seacab?.
La atleta gallega, una de las grandes esperanzas de medalla en Par?s, se ha currado el retorno a la pista desde la pasi?n y la raz?n. Pari? a L?a y eso tanto la empoder? como le quit? horas de sue?o. La imagen con la ni?a en brazos y la bandera espa?ola envolviendo a ambas es una bofetada con la mano abierta a la irracionalidad, al racismo y a la caspa.
En R?o de Janeiro, en los JJ.OO de 2016, Gemma Mengual se lanzaba al agua. Junto a Ona Carbonell nad? el d?o y por muy poco no consigui? el metal. Pero visibiliz? el retorno de una madre de dos ni?os que, en ocho meses, se hab?a puesto a punto para competir en la élite. “El estrés deportivo lo controlaba pero el maternal, que es maravilloso, resultaba nuevo para m?. Conciliar fue muy dif?cil”, explicaba ayer en la Casa de l’Esport de Terrassa. Lo hizo en la conferencia ‘Esport d’elit i maternitat’ junto a la tenista Carla Su?rez, la futbolista Olga Garc?a y la haltera paral?mpica Montse Alcoba. Todas ellas madres y deportistas. Todas ellas conscientes de que una de cada tres atletas abandonan la competici?n tras la maternidad. Si a ello unes racismo e intolerancia, la proporci?n se triplica. Suerte que tenemos a Peleteiro y a su triple salto para compensar.
ÃßËÑ... (https://www.sport.es/es/noticias/opinion/parir-competir-103658719)
La medalla de oro fue la culminaci?n de un camino que, pocos d?as antes, se encargaron los de siempre de intentar amargarle la fiesta (https://www.sport.es/es/noticias/atletismo/sueno-olimpico-peleteiro-dorado-102384547). Esos que, por desgracia, se retroalimentan, se multiplican y cuentan con el apoyo de un sector de la sociedad. Racistas y machistas que la cuestionan por ser mestiza cuando ella, contenta, luce la equipaci?n del equipo nacional. La atleta reconoci? que le hab?a sorprendido porque, hasta el momento, muy pocos la hab?an cuestionado en este sentido. Ahora son m?s, se sienten poderosos y la atacan sin disimulo. “?No hay atletas blancas o qué?”, escrib?a uno de estos cafres a los que Ana visibiliz? para mostrar la realidad de su d?a a d?a.
Ana no resulta c?moda porque no se veta. “Calladitas est?is m?s monas”, titulaba yo este verano un art?culo dedicado a las futbolistas de La Roja en esta ‘contra’. Cuando deciden no enmudecer, atragantan a los mismos que las agreden. Si adem?s rompen barreras desde la excelencia deportiva, m?s rabia dan. Entre las que lograron ese oro en el Mundial de F?tbol, también se alineaba una madre, Irene Paredes. Una de las demandas de ese grupo reclamaba la conciliaci?n, un ‘d?a después’ de lo anteriormente sufrido: mientras seas futbolista, no puedes quedarte embarazada. Una cla?sula no escrita pero siempre impl?cita antes de la firma de cualquier contrato. Una realidad asumida por todas las partes hasta que dijeron #seacab?.
La atleta gallega, una de las grandes esperanzas de medalla en Par?s, se ha currado el retorno a la pista desde la pasi?n y la raz?n. Pari? a L?a y eso tanto la empoder? como le quit? horas de sue?o. La imagen con la ni?a en brazos y la bandera espa?ola envolviendo a ambas es una bofetada con la mano abierta a la irracionalidad, al racismo y a la caspa.
En R?o de Janeiro, en los JJ.OO de 2016, Gemma Mengual se lanzaba al agua. Junto a Ona Carbonell nad? el d?o y por muy poco no consigui? el metal. Pero visibiliz? el retorno de una madre de dos ni?os que, en ocho meses, se hab?a puesto a punto para competir en la élite. “El estrés deportivo lo controlaba pero el maternal, que es maravilloso, resultaba nuevo para m?. Conciliar fue muy dif?cil”, explicaba ayer en la Casa de l’Esport de Terrassa. Lo hizo en la conferencia ‘Esport d’elit i maternitat’ junto a la tenista Carla Su?rez, la futbolista Olga Garc?a y la haltera paral?mpica Montse Alcoba. Todas ellas madres y deportistas. Todas ellas conscientes de que una de cada tres atletas abandonan la competici?n tras la maternidad. Si a ello unes racismo e intolerancia, la proporci?n se triplica. Suerte que tenemos a Peleteiro y a su triple salto para compensar.
ÃßËÑ... (https://www.sport.es/es/noticias/opinion/parir-competir-103658719)