Tal era el estado que mostraban los cuerpos de los africanos amontonados en el suelo, que no hab?a forma de saber a simple vista si algunos segu?an vivos o hab?an dejado de respirar. Muchos estaban desmayados, y otros gem?an sin poder ponerse en pie. Una multitud de subsaharianos se lanz? contra un exiguo portillo en la valla fronteriza de Melilla, y "los ?ltimos en llegar empujaban a los primeros queriendo entrar. Se estaban aplastando unos a otros", relata un agente de la Guardia Civil de la ciudad aut?noma.

La tr?gica escena del tumultuoso, violento y luctuoso intento de salto de la valla resume el triste desarrollo de este viernes, la peor jornada en materia de inmigraci?n desde que Espa?a ha reconstruido su relaci?n con Marruecos. El asalto, seg?n fuentes policiales espa?olas, comenz? a las 6:40 de la ma?ana. Era una gruesa hilera de unos 2.000 hombres que se aproximaba a la carrera. A las ocho y media se produjo el aplastamiento m?s grave, un tumulto agravado por el caos y el humo que soltaban los botes arrojados por los gendarmes marroqu?es.

Hubo una oleada de personas que intentaban encaramarse al tejado del centro de control fronterizo. Los disparos de material antidisturbios marroqu? derribaron al grupo, que cay? en una cascada humana, precipit?ndose unos cuerpos encima de los otros.

Hombres por el suelo

Cuando se disolvi? la embestida, decenas de hombres se revolv?an en el suelo o permanec?an quietos y con los ojos cerrados, esperando asistencia mientras los acordonaban los gendarmes. Muchos subsaharianos ten?an la ropa revuelta, de la pelea por respirar y zafarse del mont?n de hombres que los enterraba.

No hay a?n un recuento finalizado de muertos y heridos en el lado marroqu?, porque algunos de los que est?n heridos podr?an perder la vida en las siguientes horas. El Ministerio del Interior de Marruecos ha informado en un primer comunicado de cinco muertos entre los inmigrantes, "a consecuencia de una estampida. Algunos cayeron de la valla". En los hospitales Al Hassani de Nador y Universitario de Oujda han sido atendidos 140 gendarmes, cinco de ellos graves, y 76 inmigrantes con heridas de diversa consideraci?n.

[Pero m?s tarde, el balance de muertos ha ascendido a 18 personas fallecidas, seg?n han informado fuentes de las autoridades locales de la provincia marroqu? de Nador, contigua a la ciudad espa?ola ubicada en el norte de ?frica. As? pues, las mismas fuentes han negado "categ?ricamente que haya ning?n muerto entre las fuerzas de seguridad" marroqu?es.]

Del lado espa?ol, la Delegaci?n del Gobierno en Melilla ha contado en 133 los migrantes que han conseguido entrar en la ciudad. A lo largo de la tarde se iban declarando peticionarios de asilo, relatan las mismas fuentes policiales. La misma instancia oficial inform? de 49 agentes de la Guardia Civil heridos, y también 57 inmigrantes; tres de estos ?ltimos han tenido que ser ingresados en el Hospital Comarcal de la ciudad aut?noma por estar graves.

Lluvia de piedras

La Guardia Civil de Melilla activ? el dispositivo anti-intrusi?n desde el primer momento, participando agentes de diez patrullas de la unidad de Fiscal y Fronteras y de Seguridad Ciudadana, adem?s de un refuerzo de los antidisturbios del Grupo de Reserva de Seguridad, que a su vez se vio reforzado por cuatro furgones de antidisturbios y dos patrullas de calle de la Polic?a Nacional. Desde el primer momento eran visibles en el punto del Barrio Chino donde la valla tiene su puesto de control. Los primeros, relatan las fuentes policiales consultadas, lograron romper la puerta con una cizalla, y lo que se convirti? en orificio de paso al lado espa?ol era un terrible embudo en el lado marroqu?.

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A la derecha, migrantes heridos, muchos por aplastamiento, en la avalancha que se ha producido durante el asalto a la valla de Melilla. A la izquierda, estacas de las que han arrojado durante su enfrentamiento con gendarmes y guardias civiles.
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Un dron y un helic?ptero de la Guardia Civil han divisado (y grabado) el dram?tico intento de entrada. Buena parte de los heridos en el lado espa?ol lo son por pedradas. "Es que eso era una lluvia de piedras impresionante -cuenta un guardia civil-. Ca?an miles, sin exagerar. Estaban tirando todo lo que encontraban".

Entre los objetos arrojados hab?a también decenas de estacas de madera de entre medio y un metro de longitud, afinadas de forma artesanal. "No sabemos para qué las tra?an, si para hacer palanca con algo o para enfrentarse con los gendarmes", relata el guardia.

Grandes campamentos

En el lado espa?ol, los expertos policiales en materia de inmigraci?n sospechan que la mayor parte de la multitud ven?a de campamentos de una cara trasera del monte Gurug?, y también de cerros pr?ximos a Segangane. "No se puede parar a 2.000 personas a pie de valla; eso es una locura", se lamenta uno de los agentes de la Guardia Civil consultados. "Cuando llega hasta la valla tant?sima gente, ah? ya son imparables, y m?s con la violencia que vienen. Y tampoco se puede detener a nadie, porque si se practica una detenci?n a uno, se pueden echar encima otros cien", a?ade.

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En las fuerzas de seguridad espa?olas calculan que la proporci?n al comienzo de la avalancha era de 2.000 migrantes por 50 gendarmes. Cuando la polic?a marroqu? recibi? refuerzos, el asalto se convirti? en batalla campal y después en estampida en direcci?n a territorio espa?ol. Fue entonces cuando se produjo el aplastamiento de las filas de delante.

Las mismas fuentes policiales est?n instando a Interior, aseguran, a promover ante Marruecos que no permita asentamientos tan numerosos cerca de la frontera, dispersando los campamentos para hacer m?s complicada la formaci?n de multitudes en direcci?n a la valla, con mayor peligro de muerte cuanto mayor es el n?mero de asaltantes.



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