El Gobierno camina con tiento sobre la negociaci?n de una financiaci?n singular para Catalu?a, un complejo asunto que ERC ha puesto encima de la mesa a cambio de su eventual apoyo a la investidura de Salvador Illa como president. Pedro S?nchez y Mar?a Jes?s Montero ya han dado el visto bueno a la b?squeda de alguna f?rmula que implique un trato distinto a esta comunidad aut?noma, dejando claro que no contemplan su salida del régimen com?n a través de un concierto como el vasco.*

Pero ha bastado esta mera toma de posici?n, sin ning?n detalle concreto, para que casi todas las formaciones representadas en el Congreso de los Diputados alcen la voz: de Junts al PP, pasando por Comprom?s y las propias federaciones del PSOE. La cuadratura del c?rculo, incluso para un Gobierno acostumbrado a sacar proyectos adelante contra pron?stico y en el ?ltimo momento, parece aqu? muy dif?cil.

ERC

Los republicanos piden una financiaci?n singular que permita a la Generalitat recaudar y gestionar todos los impuestos que se generen en su territorio. Con ERC como elemento imprescindible para que no haya repetici?n electoral en Catalu?a, una convocatoria que torpedear?a los Presupuestos Generales del Estado para el a?o que viene, el Gobierno evita poner el acento en su rotunda negativa a un concierto de este tipo. Fuentes de la Moncloa hablan ya de la b?squeda de “f?rmulas imaginativas” para la comunidad, pero de momento, dentro de su prudencia declarativa, tampoco respaldan la propuesta de Illa, recogida en el Estatut, que pasa por crear un consorcio tributario entre el Estado y la Generalitat.

En el Gobierno no son capaces de anticipar qué acabar? ocurriendo, pero desde hace algo m?s de una semana el pesimismo sobre las posibilidades de un acuerdo en Catalu?a cotiza al alza entre los ministros. Aun as?, siguen albergando la esperanza de que al final, en el “?ltimo d?a”, explica un miembro del Ejecutivo (la fecha l?mite es el 25 de agosto), ERC termine votando al l?der del PSC. No tanto por los frutos de una negociaci?n que formalmente acaba de empezar, sino porque a los republicanos, a diferencia de Junts, no les interesan unos nuevos comicios tras sus malos resultados del pasado 12 de mayo.

Junts

Los posconvergentes ya han dejado patente su incomodidad y malestar ante el actual debate sobre la financiaci?n catalana. La negociaci?n entre el PSC y ERC, con el Gobierno al tanto de todos los movimientos de los socialistas catalanes, deja de lado al partido de Carles Puigdemont. El expresident de la Generalitat ya habla de “esc?ndalo” y “chantaje”.*

Ante un ambiente tan caldeado con Junts, cuyos siete diputados en el Congreso resultan tan indispensables como los de ERC para que el Gobierno saque adelante sus iniciativas, S?nchez y sus colaboradores ya han comenzado a lanzar gui?os. El martes, el jefe del Ejecutivo abri? a los posconvergentes el pacto sobre la financiaci?n, deslig?ndolo de la investidura de Illa.

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PP

Los populares salieron en tromba en cuanto el Ejecutivo comenz? a hablar de financiaci?n espec?fica para Catalu?a. A su juicio, se trata de un nuevo episodio de “compra de votos” con el ?nico fin de que S?nchez contin?e en la Moncloa. Pero los socialistas contestan que la autonom?a cuenta con competencias de las que carecen otros territorios, como la pol?tica penitenciaria y la seguridad, y recuerdan que el PP catal?n ya abraz? la “singularidad” de esta comunidad en su programa de 2012.*

El hipotético pacto con ERC se firmar?a independientemente de la reforma del régimen com?n, sin que Catalu?a saliera de este. Para cambiar el sistema que afecta a todos los territorios salvo a Euskadi y Navarra, y contin?a vigente pese a que su periodo de aplicaci?n caduc? en 2014, se necesita el concurso del PP, que gobierna en 11 de las 17 autonom?as. Pero el acuerdo entre los dos principales partidos se antoja imposible. Primero, por la aversi?n de Alberto N??ez Feij?o a sellar pactos con el PSOE. Y después, casi m?s importante, por las divergencias de criterio entre los distintos territorios conservadores. Andaluc?a, por ejemplo, defiende dar un mayor peso a la poblaci?n en el c?lculo, un enfoque al que se opone Galicia.

PSOE

Las diferencias internas no solo afectan al PP. También los socialistas se encuentran divididos ante un debate en el que las posiciones dependen m?s del territorio que de las siglas. De forma parad?jica, el PSOE tiene a su favor que su poder territorial es ahora bastante escaso, tras la debacle de las elecciones auton?micas celebradas hace un a?o. Pero eso no ha impedido que distintos l?deres territoriales del partido hayan clamado en contra de la financiaci?n particular para Catalu?a.*

El m?s contundente, como siempre, ha sido el presidente de Castilla-la Mancha, Emiliano Garc?a-Page. “Tontos no somos en este pa?s”, dijo hace unos d?as. La “singularidad”, a?adi?, es solo un forma de enmascarar un “privilegio”. Desde las federaciones extreme?a y castellano-leonesa se lanzaron mensajes similares. A todos ellos, la direcci?n socialista les pidi? que tengan “confianza” en que “no se perjudicar? a ning?n territorio”. Pero el malestar sigue ah?.

LOs socios de izquierda

El ala izquierda del Congreso tampoco es ajena a este debate. Partidos como Comprom?s y la Chunta Aragonesista, que forman parte de Sumar, socio minoritario en el Congreso, ya han advertido de que bloquear?n en el Parlamento cualquier tentativa de dar a Catalu?a un trato diferente sin que se reforme todo el sistema de régimen com?n, algo que el Ejecutivo no contempla llevar a cabo si no hay pacto con el PP.



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