Suiza se zamp? a Italia. A la vieja Italia que no ha defendido con honor su corona de campeona. Freuler y Rubén Vargas certificaron la ca?da azzurra, quien se vuelve a casa aturdida sumergida en un debate sin fin, sintiendo que su t?tulo en la ?ltima Eurocopa (ocurri? en Wembley hace tres a?os) haya sido, en realidad, una anomal?a porque no ha participado en los dos ?ltimos Mundiales y de Alemania se despide por la puerta trasera.*


Suiza ofreci? un partido repleto de eficacia, orden y, sobre todo, f?tbol. Todo lo que le falt? a la ‘squadra azzurra’, una atribulada selecci?n que abandona esta Eurocopa con un juego m?sero donde sus delanteros (Scamacca y Retegui) no han marcado ni un solo gol. Y con un gran Donnarumma no le ha bastado para defender su t?tulo.

Hab?an pasado 20 minutos de partido. Y ni rastro de Italia en Berl?n. Se supon?a, y con raz?n que Spalleti, que hizo jugar de maravilla al N?poles, ten?a que dirigir a un equipo de un juego moderno e innovador. Pues fue todo lo contrario.*Era un grupo arcaico y primitivo.

No ten?a el bal?n. Ni siquiera gestionaba el control del partido dominada como estaba por una inteligente Suiza, que acumul? posesiones por encima del 65%. Ni siquiera la decisi?n del entrenador de renovar media ‘squadra azzurra’ debido a las ausencias del sancionado Calafiori o el lesionado Di Marco agit? a su equipo. Modific? la estructura t?ctica recuperando la f?rmula del 4-3-3. Pero Suiza se sent?a c?moda porque*el partido se jugaba al ritmo que marcaba Xhaka, su capit?n.*

As? transitaba la soleada y calurosa tarde berlinesa con el primero de los octavos de final de la Eurocopa marcado por la prudencia italiana que le estaba condenando.*Amenaz? Embolo con un disparo resuelto con una pl?stica parada de Donnarumma*que evit? el primer tanto suizo. Era una amenaza que serv?a, en realidad, del pr?logo del desastre definitivo.

Un desastre que era cuesti?n de tiempo. El gol ten?a que caer. Y deb?a caer naciendo en la banda izquierda con una perfecta irrupci?n de Rubén Vargas, quien tuvo la claridad necesaria para detectar la llegada de Remo Freuler. El veterano centrocampista del Bolonia de Thiago Motta.

Lleg? con toda la calma del mundo al ?rea italiana. Le dio tiempo a controlar con la pierna derecha y disparar con la izquierda mientras no se atisbaba la figura de un central de Spalletti (Mancini lleg? tarde al corte) ni tampoco del medio centro. O de los interiores. Freuler premi? el f?tbol suizo, construido desde la paciencia y el orden, sabiendo donde estaba el origen del caos italiano.*

En esa banda derecha, que deb?a vigilar Di Lorenzo, anidaban casi todos los problemas para Spalleti, quien vio como esos 45 minutos eran una peligrosa involuci?n al viejo ‘calcio’. Ah? fue la autopista empleada por los jugadores de Murat Yakin para castigar, con insistencia y criterio, a una Italia plana, estéril (45 minutos (un tiro, cero a puerta) y aburrida.

A los 27 segundos, y eso que el equipo de Spalletti hab?a sacado de centro, Rubén Vargas recibi? solo un bal?n en el interior del ?rea. Tuvo tiempo de pedir incluso un café, ‘expreso’ o ‘ristretto’, antes de soltar un maravilloso derechazo que burl? la estirada del gigantesco Donnarumma. El 2-0 fue hermoso y justo para Suiza, al tiempo que result? deprimente para la caduca Italia, a quien no hizo ni regenerar el técnico con sus seis cambios.*



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