Ansu Fati y Lamine Yamal comparten una curiosidad: los dos debutaron en partido oficial contra el mismo equipo, el Betis. Ansu lo hizo con 16 a?os, Lamine con 15, dos casos de una extrema y peligrosa precocidad. Porque no hay nada m?s temible que debutar con el Barça siendo un adolescente, y de la noche a la ma?ana convertir un prometedor futbolista y estudiante de ESO en una estrella medi?tica del f?tbol con un contrato multimillonario.

Lamine vive hoy, feliz, en las primeras p?ginas de este cuento de hadas, con una gran madurez futbol?stica y una aparente estabilidad, pero todav?a no ha vivido ning?n contratiempo serio. El sue?o de Ansu se trunc? cruelmente con diversas lesiones graves encadenadas, pero con una mala gesti?n a?adida de su carrera.

Ansu se reincorporar? este verano a la plantilla oficial del Barça, pero todos sabemos que si llega una buena oferta el club lo vender? sin problemas porque da su etapa en el Barça por terminada. ?C?mo evitar que la carrera de Lamine se trunque como la de Ansu? Esta es la gran pregunta del mill?n, y ser?a muy ingenuo que la ?nica respuesta fuera evitar que se lesione.

Porque de entrada, la primera diferencia entre los dos es que Lamine tuvo la suerte de cruzarse con Xavi, que primero tuvo la valent?a de darle confianza y m?s tarde tuvo la valent?a de sentarle unos cuantos partidos a principios de temporada para no quemarle, a pesar de la presi?n ambiental que ya exig?a que jugara todos los minutos.

A diferencia de Ansu, Lamine entr? en un contexto de promoci?n de La Mas?a donde ha podido compartir con Ferm?n, Cubars?, Gavi o Balde la presi?n de entrar en el primer equipo, porque es muy diferente ser de entrada la gran esperanza de futuro, como Fati, a compartir este cartel con otros jugadores j?venes. Adem?s de la mala suerte de las lesiones, Ansu Fati cometi? el terrible error de aceptar la endiablada propuesta del club de lucir el ‘10’ justo después de la marcha de Messi. El club pretendi? tapar con un futbolista todav?a por hacer la marcha del mejor jugador de la historia, y lo que hizo fue terminar de hundir a Ansu. El desastre del dorsal incentiv? la peor de todas las comparaciones posibles, y ya se sabe lo qué sucede cuando alguien se compara con Messi.

En el caso de Lamine ya se ha deslizado la posibilidad de que el a?o pr?ximo vista el ‘10’, una camiseta que podr?a ser una pesada losa para un futbolista que como es l?gico todav?a necesita su espacio de crecimiento. Lamine es un futbolista maravilloso, pero es bueno que entienda que el ‘10’ hay que gan?rselo. No hay nada m?s t?xico que tratarlo con 16 a?os como si fuera el nuevo Messi: es mucho m?s importante exigir que Flick le dé la misma confianza que Xavi, y que entienda que el camino es largo y est? lleno de obst?culos. Para llegar a la cima no hay atajos, la ?nica receta que existe es la paciencia, una virtud que no suele tener ni el entorno histérico ni las urgencias pol?ticas del club. Los errores fatales que se cometieron con Ansu que sirvan al menos para que Lamine se convierta, con el tiempo, en la estrella que sue?an todos los barcelonistas.



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