Con la visi?n limitada por la m?scara, hasta cinco dice haberse probado, Kylian Mbappé ha perdido la precisi?n del remate y Francia no chuta fino. Necesit? un autogol para ganar a Austria, un penalti para empatar con Polonia y otro autogol para vencer a Bélgica.

De rebote pas? a cuartos Francia, con un tiro medio mordido de Kolo Muani que rebot? en la pierna de Vertonghen y despist? a Casteels. A cinco minutos del final, sin que Bélgica tuviera tiempo de reaccionar. Lo hab?a tenido antes y lo desperdici?. Se limit? a dejar pasar la vida hasta que la perdi?. Vuelve a casa y Francia ir? a Hamburgo para disputar el viernes los cuartos de final ante el vencedor del Portugal-Eslovenia.


Celebr? m?s la hinchada francesa el triunfo que el equipo después del estallido de alegr?a por el gol clasificatorio. Continuar? el gallo cacareando en Alemania, desafinado y desagradable, necesitado de ayuda ajena, con un par de rebotes y un penalti. La ceguera de Mbappé es la de Francia, incapaz de calibrar el punto de mira en un espacio delimitado por tres postes. Es la de Tchouaméni, empe?ado en chutar a la grada, la de Thuram, la de Kolo Mouani, ayudado.

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De Bruyne y Rabiot pugnan por un bal?n dividido.
Georgi Licovski / Efe
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Koundé, el MVP

Tampoco lo ve claro Griezmann, que volvi? a la titularidad para ejercer de extremo derecho, en la plaza de Ousmane Dembélé, reservado para la necesidad, para suscitar la agitaci?n en el supuesto de un mal resultado, no como un integrante para ejecutar el plan de partido.

Con el jugador del Atlético en la banda, y Mbappé en la otra, las acciones francesas tendieron a convergir hacia el centro, sobreocupado y f?cil de contener para Bélgica. Por casualidad se col? Koundé por el exterior una vez, y Francia hall? ah? una vida de salida. El lateral se equivoc? la primera vez con un mal centro, pero se descubri? una*v?a, aunque se desaprovechara. Bastante hac?a Koundé con llegar a centrar con el duelo que manten?a con Jérémy Doku. Le vali? la abnegaci?n para ganar el MVP.

A distinta velocidad iba la defensa francesa respecto a su delantera; en realidad respecto a Mbappé, que arrancaba en cada ocasi?n. Pero ese problema se repiti? en Bélgica. Hubo una notable preocupaci?n por sacar el bal?n desde atr?s, como si tuvieran que ejecutar una f?rmula nuclear.

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De Bruyne consuela a Onana al final del partido.
Abedin Taherkenareh / Efe
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Hasta cierto fue rid?culo porque enfrente no hubo presi?n ni mucho menos agobio. Todo sombreado; en caso de duda, bal?n atr?s, y reiniciar la f?rmula. Nunca intervino en ella Amadou Onana, el mediocentro del Everton y presunto objeto de interés del Barça.

Se cansaba el pobre muchacho senegalés (22 a?os) de pedir el bal?n con la mano tendida, por favor, pas?dmela alguna vez, sintiéndose excluido de ese procedimiento en el que solo era un eslab?n. Si no tiene ni medio papel en Bélgica, no debe ser tan fabuloso.

Quien manda ah? es De Bruyne, que por algo es el capit?n, pero la ubicaci?n le vulgariz?. All? no hizo ning?n da?o, con pases sencillos e inofensivos. Cuando chut? a puerta, Maignan la rechaz? con los pies y con las manos; cuando mir? lejos, coloc? a Carrasco en carrera hacia Maignan. Theo Hernandez igual? la velocidad y desvi? el tiro, que celebr? y celebraron los dem?s, casi como un gol. Hasta aqu? hemos llegado.

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Lukaku protege el bal?n del acoso de Saliba.
Friedemann Vogel / Efe
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Que no pase nada

Jug? De Bruyne en una zona que no le corresponde, replegado como todos, hasta que entr? Mangala por Openda y Tedesco adelant? su posici?n. Bélgica se propuso que no sucediera nada -nada lesivo como un gol- y confi? en que Doku desbordara a Koundé o que Lukaku y Openda aguantaran lo suficiente el bal?n mientras llegaban refuerzos.

Algo raro se detecta en esta Bélgica en cuanto a las reacciones de los futbolistas entre ellos; el mal rollo con la hinchada qued? en evidencia en el ?ltimo partido de la liguilla con los pitos. Contra Francia, uno de los enemigos principales, se produjo la reconciliaci?n en el calentamiento, con saludos y besos lanzados desde el césped y apoyo constante desde la grada.

Huyeron del riesgo los dos equipos hasta que tuvieran que verse en una situaci?n desesperada, algo que solo la iba a provocar el resultado adverso. Entonces, asaltar?an las prisas. A Francia no le conven?a nada el ritmo de Bélgica y Mbappé trataba de alterarlo con sus galopadas, de fuera hacia dentro, con esa potencia en la arrancada que le convierte en incontenible. Otro asunto es la decisi?n en la acci?n determinante. Fall?n en todo el torneo, a Francia le falta el gol de Mbappé que le tienen que marcar los dem?s.



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