Cuando se recorre su calle principal, rue de Houdan, que desciende desde la estaci?n de tren hasta la iglesia, las antiguas maisons particuliers se entremezclan con decenas de locales de comida 'halal' y barber?as.

Mantes-la-Ville, un pueblo de unos 20.000 habitantes, se encuentra a una hora de Par?s, y a diferencia de la capital, los carteles electorales de la extrema derecha para las pr?ximas legislativas, est?n intactos, prueba de que, en esta comuna desde hace diez a?os gobierna Reagrupamiento Nacional. En 2014, Cyril Nauth, un joven de 32 a?os profesor de Historia y Geograf?a, se hizo con la alcald?a de Mantes-la-Ville, ganando a los socialistas con un 33,27% de los votos. Una hist?rica victoria que le convirti? en el primer alcalde de la extrema derecha en la regi?n parisina de Ile-de-France.

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Diez a?os de gobierno, en los que Nauth ha hecho de la seguridad su principal batalla, duplicando el n?mero de polic?as municipales y c?maras de videovigilancia en las calles, pero también, mejorando el poder adquisitivo de los ciudadanos, reduciendo la deuda del ayuntamiento un 16% sin subir los impuestos a sus vecinos. Aunque sus impopulares y estrictas medidas contra la inmigraci?n han causado polémica en m?s de una ocasi?n.

“Sabemos que al alcalde, a Reagrupamiento Nacional, no le gustan los musulmanes”, explica Mohamed. “Pocas cosas han cambiado”, a?ade su compa?ero. En Mantes-la-Ville cuesta encontrar a alguien que quiera hablar del tema, especialmente entre la comunidad musulmana, que representa un tercio de su poblaci?n. La llegada de la extrema derecha en 2014, suscit? cierta preocupaci?n que con los a?os no ha desaparecido para algunos, pero para Hadiya, panadera en Mantes-la-Ville, todo sigue igual: “No me gusta hablar de estos temas. Aqu? todos vivimos bien, tranquilos, en comunidad. No he notado mucho cambio a excepci?n de lo que dice la televisi?n, pero qué sabré yo”.

Durante la Revoluci?n Industrial, Mantes-la-Ville experiment? un crecimiento significativo debido a la proximidad de Par?s y la expansi?n de las industrias locales, pero con el tiempo las f?bricas han ido cerrando y la comuna se ha convertido en un pueblo dormitorio, sin apenas comercios y cada vez con m?s inmigraci?n. Un nicho potencial de votantes para las pol?ticas de la extrema derecha.

El sentimiento de abandono y desilusi?n con los partidos pol?ticos tradicionales ha crecido exponencialmente entre los votantes rurales. En las ?ltimas elecciones presidenciales de 2022, el 51% de los votantes residentes en pueblos con menos de 1.000 habitantes, apoyaron al partido de extrema derecha de Marine Le Pen.

El poder adquisitivo, la seguridad y la inmigraci?n son los temas que m?s preocupan a los franceses, pero en las ?reas rurales la pérdida de “la identidad gala”, se sit?a en el r?nking de las inquietudes. Curiosamente, ah? es donde m?s mano de obra se necesita para trabajar en el campo, y donde m?s inmigrantes irregulares se contratan ante la falta de personal francés, pero a su vez, son las zonas que m?s votan a partidos, que impulsan pol?ticas antiinmigratorias. “Es parad?jico cuando sabemos que contratan a muchos trabajadores inmigrantes”, afirma Murielle Lepvraud, candidata del Nuevo Frente Popular en una entrevista para un medio francés. Seg?n un estudio de la Comisi?n Nacional Consultiva de Derechos del Hombre, el 56% de los franceses creen que en Francia “hay demasiados inmigrantes”.

El voto rural clave para la extrema derecha

Mantes-la-Ville no es el ?nico pueblo que ha experimentado un “swing del voto” (cambio de voto). Lorient, antiguo basti?n socialista, ve con preocupaci?n como Reagrupamiento Nacional ha conseguido posicionarse como l?der en las listas bretonas tras las elecciones europeas del pasado 9 de junio.

La dificultad para ganarse la vida en el sector agr?cola y ganadero, la dejadez de las instituciones y una administraci?n fantasma han hecho que el campo francés haya optado por un cambio radical. En el departamento de Aveyron, el 94% de las comunas han votado por Marine Le Pen en las pasadas europeas. “Quiz?s nuestra campa?a no se haya centrado lo suficiente en la ruralidad”, hace autocr?tica Murielle.

El viraje de voto en la Francia rural lleva a?os cociéndose, pero con la revuelta de los chalecos verdes a principios de febrero, el cambio pol?tico se ha acelerado. Las protestas de los agricultores en Francia, acrecentaron la brecha entre el pueblo y las pol?ticas europe?stas de Macron: “menos burocracia y m?s control de los productos extranjeros para evitar competencia desleal”, gritaban los agricultores de Agen.

Mientras Marine Le Pen era recibida en el Sal?n de la Agricultura de Par?s entre aplausos, Macron tuvo que reforzar su seguridad ante el aumento de las tensiones y protestas a su llegada al pabell?n. A principios de a?o, el declive macronista y la pérdida de confianza del pueblo rural en su Presidente ya era un hecho.

Los j?venes lepenistas de las zonas rurales

“Los j?venes (de las zonas rurales) no act?an como sus padres. Como el resto de su generaci?n también quieren disfrutar, viajar, consumir… Y ven c?mo su poder adquisitivo se ha ido reduciendo. Y dan su voto a quienes parecen aportar una respuesta a esa cuesti?n”, afirma el investigador Pierre-Henri Bono para AFP, tras haber realizado un estudio en m?s de mil explotaciones agr?colas francesas.

El poder adquisitivo es uno de los puntos clave de esta campa?a, y lo que m?s preocupa a los franceses, que ven c?mo la econom?a del pa?s se resiente y roza el 5,5% de déficit p?blico. El nuevo l?der de la extrema derecha, Jordan Bardella, un joven de 28 a?os con una habilidad para acercar la pol?tica a los j?venes, ha ayudado a captar el voto de las nuevas generaciones de las zonas rurales de Francia.



En las pasadas elecciones, 93% de las comunas francesas votaron por Bardella, y se prevé que en este pr?ximo domingo, la extrema derecha vuelva a arrasar. Seg?n los ?ltimos sondeos, el lepenismo ganar?a con un 36,5% de intenci?n de voto, seguido del Nuevo Frente Popular con un 29%.



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