Valeria Vegas (Valencia, 1985), es periodista, documentalista, ensayista, escritora y productora. Adem?s de ser trans, lo que le ha dotado de una sensibilidad especial para contar historias de mujeres que van a contracorriente. Por eso public? en 2015 la biograf?a de La Veneno, ?Digo! Ni puta ni santa. Las memorias de La Veneno, que sirvi? de base para la serie de Atresplayer Veneno, a la que sigui? recientemente Vestidas de azul, inspirada en su libro de 2019. Adem?s, el a?o pasado guioniz? y dirigi? la docuserie El enigma Nadiuska, en el que se desvelan detalles desconocidos de su vida y también se hace justicia con las otras actrices del destape. De todos estos proyecto hablar? este viernes en un encuentro con entrada libre en la Plaza del Ayuntamiento de*Los Alc?zares*(20.30 horas) que servir? para inaugurar la segunda edici?n del ciclo de debate, reflexi?n y di?logo ‘Fahrenheit 78.8’. Colaboradora también de multitud de publicaciones tanto digitales como impresas (Vanity Fair, El Mundo, Lecturas, Shangay, El Pa?s, etc.), responde en esta entrevista a algunas cuestiones sobre sus trabajos m?s recientes.

Uno de sus ?ltimos objetivos ha sido Nadiuska, una actriz del destape que fue mucho m?s que eso. Un fen?meno social.

S?. Pero la docuserie va m?s all? del personaje.Y se llama El enigma Nadiuska porque hay muchos interrogantes alrededor de ella y cosas que no se han sabido hasta ahora.

Va desvelando esos misterios como si fuera un true crime, colocando cada pieza en un mural.

Me dejaron dirigir con libertad absoluta. Pero esa parte como de CSI es la que menos me gustaba. Aunque es cierto que hac?a falta un hilo conductor. Porque pese a tener a cincuenta entrevistados a lo largo de los tres episodios, ninguno pod?a hacer un relato entero de principio a fin. Unos conocen los a?os setenta; otros, los noventa; otros, los ochenta... Entonces nos dimos cuenta de que, como ten?a mucho de true crime, podr?a ser un recurso.

Ya en el primer cap?tulo vemos que, pese a que en la Transici?n a?n hab?a mucho puritanismo, Nadiuska rompi? esquemas. Demostr? ser muy valiente.

S?, pero no era consciente de lo mucho que era. Se limitaba a ser ella misma. Y eso le pas? factura, claro. Pero, mientras todas las dem?s siempre ten?an una excusa para no ceder al desnudo –que si el guion, que si mi familia se va a llevar un disgusto–, ella, como no ten?a un padre en casa, no ten?a que dar explicaciones a nadie. No obstante, y viendo toda la documentaci?n que hemos sacado, no sé c?mo esta mujer aguant? tanto...

Hablando de valent?a, en el documental se produce una especie de #MeToo entre las actrices del destape.

S?. Supongo que nunca se hab?a hecho algo as? de una manera tan directa. Yo ten?a muy claro que para este proyecto necesit?bamos actrices que hubieran vivido ese momento tan crucial de Espa?a, la Transici?n, pero que también fueran valientes. Y la valent?a te la da no estar dentro de la industria ya. Igual no fueron la ‘reina’ como Nadiuska, pero ellas también estaban ah?. Buscas en Wikipedia la entrada de Silvia Aguilar y te dice que ha hecho treinta pel?culas. Y también estaban Jenny Llada, Carmen Platero, Sara Mora... Pero hace a?os que se fueron o que la industria las ech?.

No se sab?a que hab?a sido de ellas.

Exacto. Ahora tienen otro tipo de vida. Tienen su familia, sus hijos... Excepto Jenni Llada, que sigue trabajando, y Carmen Platero, que es m?s mayor y se retir?, todas decidieron rehacer sus vidas fuera del mundo del espect?culo. Y sab?a que eso les iba a dar fuerza para hablar. Si coges a alguna de las que siguen, no tienen esa valent?a, porque creen que a?n le deben algo al cine y conf?an en que les den un papel.

El miedo a que no les llamen, claro... No obstante, una incluso habla de una violaci?n.

En el documental no lo dice, pero a m? me confes? quién era la persona. Un actor de una serie muy conocida de los a?os ochenta. Pero no lo puede decir, porque no tiene pruebas. Si lo cuenta, tendr?a todas las de perder. A esas actrices parece que se las hubiera tragado la tierra y nadie les dijo: perd?n y gracias.

En una entrevista usted dec?a que le daba mucha rabia porque parece que son ellas las que pidieran perd?n por hacer ese tipo de cine.

Es que alguien ten?a que desnudarse. Tras la dictadura lleg? esa especie de sarampi?n y a ellas les pill? all?. Si hubiera sido en los a?os cincuenta, habr?an hecho El peque?o ruise?or. No sé... alguien ten?a que hacerlo, pero ten?an la ilusi?n de que eso pasara. Lo que me da mucha rabia es que parece que se sienten culpables de que las pel?culas sean mala, cuando eso es culpa del director, en todo caso. Y gracias a ellas hemos visto con much?sima m?s naturalidad, a?os después, los desnudos de Emma Su?rez, Aitana S?nchez-Gij?n, Penélope Cruz... En el guion ya era natural, ya era como todo normal, pero hac?a falta que alguien tuviese primero que pasar por ello.

Otras mujeres que viven a contracorriente son las trans. Como las protagonistas de Veneno y Vestidas de azul, su ?ltimo proyecto.

Por si alguien no la ha visto, no es una segunda parte de Veneno, aunque coinciden algunas actrices. Y ya no es una historia de los a?os noventa, sino que es de los ochenta. En ella se ve c?mo era la sociedad de ese momento, la gente, la industria, etc. Entend?amos que era relato digno de realizar y analizar.

En los a?os ochenta las condiciones eran a?n m?s duras para estas personas; los padres echaban de casa a sus hijos trans. Aunque no fuera ese su caso, como se pudo ver en Veneno...

Yo soy muy afortunada. Aunque creo también que he trabajado parte de esa*fortuna. He tenido buenos padres, pero he sido buena hija, buena hermana y soy buena vecina. Pero no quita que la base ha sido buena y ojal? sea as? para mucha m?s gente. Que tu libertad individual y lo que seas en la vida no suponga una piedra en el camino, que las cosas malas deben venir solas, que no te las pongan los dem?s.

Pero a?n hay gente a la que parece que le molesta...

Y no lo entiendo. A m? la vida de los dem?s no me afecta: no me baja el IBI, no me quita el IVA... Es un prejuicio. El ser humano se distingue de los animales porque somos prejuiciosos. Somos la ?nica especie que lo es.



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