"No tiene sucesor o sucesora porque hizo una cosa tan personal que es muy dif?cil que alguien pueda seguir por este camino", afirma Felipe Cabrerizo en referencia a Mar?a Dolores Pradera. Una de las grandes damas de la canci?n en castellano que fue capaz de dar forma a una original y personal?sima propuesta art?stica, caracterizada por la sobriedad en la escenograf?a, la sencillez en la instrumentaci?n y un repertorio formado por temas tradicionales del folclore latinoamericano y composiciones originales de m?sicos como Chabuca Granda que, antes de ser grabados por ella, eran pr?cticamente desconocidos para el gran p?blico.

"El inicio de su carrera como cantante le pilla ya con cuarenta a?os y después de quince trabajando en el teatro. Desde el primer momento, tuvo la intuici?n de que su propuesta, basada un poco en el teatro de c?mara, iba a funcionar. De hecho, uno de sus logros es que cada actuaci?n, independientemente de que sea en una sala de fiestas, en un teatro o en un polideportivo, se convierta en una experiencia ?ntima en la que cada espectador siente 'ay, esa canci?n es para m?'", comenta Santiago Aguilar.

Conocidos por sus ensayos sobre cine espa?ol de los a?os 30, 40 y 50, Aguilar y Cabrerizo han vuelto a unir sus fuerzas para escribir Déjame que te cuente, una biograf?a de Mar?a Dolores Pradera, que acaba de ver la luz en Roca Editorial, coincidiendo con el a?o del centenario de la artista, nacida el 29 de agosto de 1924.

"Fernando Fern?n-G?mez hijo hab?a le?do unos libros nuestros y, hace unos tres a?os, nos contact? para proponernos escribir una biograf?a sobre su madre. Durante todo el proceso se mostr? muy dispuesto a echarnos una mano porque, mientras que en el tema del teatro y el cine nos mov?amos en un territorio seguro, en lo referente a la m?sica ten?amos m?s miedo. Mar?a Dolores Pradera tiene una discograf?a apabullante y, con eso del desprecio habitual al patrimonio propio, mientras que para hacer una biograf?a de Bruce Springsteen encuentras ochocientos libros y cuatrocientos periodistas especializados, en este tipo de m?sica no hay tanta informaci?n. De hecho, muchos de los discos est?n descatalogados, las reediciones que se han hecho no son precisamente buenas y desbrozar todo eso fue una tarea alucinante", recuerda Cabrerizo.

Discreta en lo que se refiere a su vida personal y sentimental, Aguilar y Cabrerizo han preferido escribir una biograf?a de la artista que se centra en el aspecto profesional y se aleja intencionadamente del género rosa. A pesar de ello, ha sido inevitable abordar su matrimonio con Fernando Fern?n-G?mez. Una uni?n de la que nacieron dos hijos —el ya mencionado Fernando y Helena Fern?n-G?mez— que, si bien dur? hasta 1957, no pudo disolverse hasta los a?os 80, gracias a la aprobaci?n de la Ley del divorcio.

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Maria Dolores Pradera y Fernando Fern?n G?mez en la pel?cula 'Una vida en sombras'.
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"Quisimos hacer una biograf?a rigurosa que repasase su carrera. De hecho nos preocupaba que la figura de Fernando Fern?n-G?mez estuviera demasiado presente. En el segundo o en el tercer cap?tulo le dec?a a Felipe 'no sé si no nos estamos fernangomenizando demasiado', pero luego el actor desaparece del libro del mismo modo que desapareci? de su vida", comenta Aguilar y contin?a Cabrerizo: "Al lado de monstruos como Fern?n-G?mez cualquiera queda eclipsado. Por eso nos daba miedo que ella quedase como una figura secundaria cuando, en realidad, Mar?a Dolores Pradera fue una mujer independiente, empoderada y que, desde el primer momento, tuvo una labor muy importante en la interpretaci?n primero y en la canci?n, después".

Tan popular como desconocida

Entre otros muchos aciertos, el trabajo de Aguilar y Cabrerizo destaca por la recuperaci?n de la faceta como actriz de Mar?a Dolores Pradera, desde sus comienzos en el teatro con Jardiel Poncela, a su paso por el Teatro Espa?ol o su labor como pionera del medio televisivo, grabando obras de teatro desde las instalaciones de Televisi?n Espa?ola en el Paseo de la Habana de Madrid. Un trabajo pr?cticamente olvidado, no solo por el éxito de su carrera musical sino porque apenas quedan registros. En una época en la que no hab?a grabaciones en cinta de v?deo Aguilar y Cabrerizo han tenido que recomponer el puzle buscando las piezas en antiguas gu?as de programaci?n televisiva en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional. "Aunque es una figura con una popularidad extrema, en realidad su obra ha sido poco analizada y no ha sido vista con perspectiva. Esa presencia constante en los medios ha generado la sensaci?n de que lo sabemos todo sobre ella, que no era necesario investigar nada, cuando no es as?", reflexiona Cabrerizo.

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Mar?a Dolores Pradera en los toros, cuando ya era una joven estrella del cine y el teatro.
ARCHIVO REGIONAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
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Entre esos hechos menos conocidos de la artista que se dan a conocer en la biograf?a de Aguilar y Cabrerizo se encuentra, por ejemplo, la tremenda herida que dej? en ella la guerra civil o el enorme sentido del humor de la artista, capaz de escribirle a una admiradora que le acerc? un papel para que le firmase un aut?grafo, "T?mate dos después de comer y dos después de cenar", o responderle desde el escenario a una espectadora que no paraba de pedirle insistentemente El rosario de mi madre, "No puedo, ya me lo ha devuelto".

"Aunque su imagen en el escenario es de persona muy seria, muy estricta y muy rigurosa, toda vestida de negro, luego era una persona totalmente diferente. Ten?a mucho sentido del humor y le gustaba divertirse tanto con gente de su quinta como con personas m?s j?venes, como aquellas con las que coincid?a en las fiestas en casa de Joaqu?n Sabina", comenta Aguilar, que destaca también la capacidad de Pradera para reconocer el talento de otros artistas —"grab? las primeras composiciones de Pablo Guerrero"—, su infatigable capacidad de trabajo —con dos funciones diarias y un d?a de descanso—, su iniciativa para poner en marcha sus propios proyectos o su valent?a para embarcarse en giras internacionales, en un momento en el que los medios de comunicaci?n y transporte eran muy precarios.

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Pradera, actuando en los Premios de la M?sica 2001 con su amigo Joaqu?n Sabina
EFE
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"A las doce y media, cuando acababa de actuar en el teatro, se iba a Alaz?n o a otras salas de fiesta a cantar. Luego, cuando todo el mundo le dec?a que era una locura porque no lo iba a llenar, decidi? alquilarse el Teatro de la Zarzuela para cantar y lo llen?, del mismo modo que llen? tres d?as seguidos el teatro Monumental o el Palacio de la M?sica durante una semana. Cuando comenz? a volcarse en Sudamérica, viajaba a Colombia o a México para hacer cuarenta conciertos en cada lugar y después, cuando en el 67 o 68 Zafiro le retir? el apoyo porque prefiri? centrarse en el sello Novola, en el que se public? el La la la de Massiel y donde grababa Joan Manuel Serrat, ella no se rindi?", recuerda Santiago Aguilar. "A pesar de no tener el apoyo de las discogr?ficas —puntualiza Cabrerizo— ten?a un p?blico fiel que la segu?a, lo que le permiti? sobrevivir hasta a los a?os ochenta, que era la peor década para todo lo que ella propon?a".

Adem?s de su talento y clarividencia, para el éxito de Mar?a Dolores Pradera result? imprescindible la figura de Los Gemelos, dos hermanos guitarristas que la acompa?aron durante a?os. "Los Gemelos hab?an estado en Nueva York justo cuando el folk comenzaba a tener éxito entre los j?venes. Frecuentaron el Cafe Wha? y se dieron cuenta de que pod?an trasladar eso a la tradici?n espa?ola. Por eso su encuentro con Mar?a Dolores Pradera result? una conjunci?n muy feliz, a pesar de las dificultades", apunta Cabrerizo, y Aguilar explica la naturaleza de esas dificultades: "Los Gemelos eran profesores de universidad y, al parecer, ten?an muchas complicaciones a la hora de organizar las giras. Para actuar en el Retiro no pasaba nada, porque tocaban por la noche y ya ver?an c?mo dar?an la clase al d?a siguiente, pero los viajes a Sudamérica hab?a que programarlos en julio y agosto para hacerlos coincidir con las vacaciones universitarias".



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