En septiembre del a?o pasado entr? en vigor enNueva York la m?s contundente medida adoptada en una gran urbe de Estados Unidos para tratar de poner coto a los pisos tur?sticos. La Local Law 18, conocida popularmente como “el veto a Airbnb”, limit? de forma draconiana el alquiler tur?stico para cortas estancias en la Gran Manzana. Y m?s de 10 meses después de ponerse en marcha, el paso dado por Nueva York, que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, alababa hace solo unas semanas como una “decisi?n valiente”, mantiene luces y sombras y, como desde el principio, defensores y detractores.

La normativa neoyorquina obliga a quienes quieran ofrecer espacios en alquiler por menos de 30 d?as (algo que ya antes era ilegal pero que rara vez se persegu?a) a registrarse. Impone adem?s condiciones que limitan su atractivo tur?stico tanto en oferta como en demanda. El anfitri?n, por ejemplo, est? obligado a estar en la vivienda y compartirla con los visitantes. Estos no pueden ser m?s de dos, sacando de la ecuaci?n la opci?n de este tipo de alojamiento para familias de m?s de dos miembros.

El impacto de la ley ha sido evidente en el sector tur?stico de una ciudad que espera 65 millones de visitantes este a?o. El n?mero de espacios que se anuncian para estancias cortas en Airbnb y en otras plataformas especializadas en Nueva York ha ca?do dr?sticamente. Se ha disparado la demanda hotelera y ha aumentado el precio de las habitaciones de hotel (aunque otros factores han influido en esas subidas, como el uso de 16.500 habitaciones para acoger a inmigrantes).

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Ha aflorado, adem?s, una especie de mercado negro y las ofertas ahora se encuentran en sitios como Facebook Market, Instagram, Craigslist o Housfy. Esos alquileres tur?sticos siguen siendo ilegales y los anfitriones que las ofertan enfrentan la posibilidad de ser multados.

Otra de las consecuencias de la ley es que se han disparado los pisos tur?sticos en oferta en Airbnb en la vecina Nueva Jersey, especialmente en localidades como Jersey City, Hoboken y Weehawken con buena comunicaci?n de transporte con Nueva York. Ese mercado, seg?n la compa??a de datos AirDNA, es el que m?s crecimiento ha experimentado en la plataforma en EEUU, m?s que dobl?ndose.

Ese crecimiento de Nueva Jersey sirve también para ejemplificar el impacto que tienen los pisos tur?sticos en el mercado inmobiliario, como constata Daniel (nombre ficticio de alguien que prefiere no usar el propio porque sigue haciendo negocios con pisos tur?sticos al margen de la ley). A uno de sus socios que alquilaba en Nueva Jersey por 4.000 d?lares al mes un piso de siete dormitorios para ofrecer las habitaciones a turistas le han subido el alquiler un 25%. “Esas zonas de Nueva Jersey ahora se est?n gentrificando”, explica.

Impacto positivo

El impacto en el mercado inmobiliario no es tan f?cil de analizar. Nueva York realiza solo cada tres a?os el an?lisis de vivienda disponible y el pr?ximo no se publicar? hasta principios de 2027. Pero seg?n un an?lisis publicado en enero por la compa??a inmobiliaria Douglass Elliman los alquileres cayeron en Manhattan y Brooklyn, dos de los barrios que eran m?s populares con Airbnb, una vez que entr? en marcha el veto.

Hay otros casos, como el de la ciudad californiana de Irvine, donde se ha ratificado que s? existe beneficio. All? el veto en ?reas residenciales a alquileres tur?sticos en zonas residenciales entr? en vigor en 2019, imponiendo multas de 1.500 d?lares al d?a por cada d?a que se prolongara una violaci?n. Hicieron falta meses para empezar a ver una bajada sostenida en los precios de los alquileres. Y seg?n un estudio publicado por tres académicos en Real Estate Economics, en aproximadamente dos a?os se detect? un descenso de los precios de alquiler en toda la ciudad de un 3% de media. Los descensos fueron m?s pronunciados en las unidades de alquiler m?s similares a las que se ofrec?an en Airbnb y en las ?reas geogr?ficas donde la plataforma ten?a m?s ofertas antes del veto.

Airbnb, como era previsible, dice que la normativa neoyorquina no ha funcionado. En enero, cuatro meses después de la entrada en vigor, la empresa emiti? un comunicado asegurando que no se hab?a registrado una bajada significativa en los precios de alquiler ni un incremento en el inventario de apartamentos disponibles. Apuntaron también a los precios récord que han alcanzado las habitaciones de hotel y a la mudanza de actividad de alquileres de corto plazo a los sitios no regulados.

El consejero delegado de la compa??a, Brian Chesky, asegur? que el ejemplo neoyorquino deb?a servir como “advertencia” para otras ciudades. Para Barcelona, no obstante, ha servido de inspiraci?n.



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