Tras once horas de viaje, Alberto ?lvarez “Tato” (47 a?os) llegaba a Madrid. Eran cerca de las 05.00 horas del domingo cuando el vecino de Cangas, que, junto a otros 33 gallegos (tes cangueses m?s y uno de Mar?n) y un vasco que viajaban en el autob?s que fue tiroteado la semana pasada en Ecuador, cuando realizaba el trayecto de Posorja-Playas, llegaba al aeropuerto de Adolfo Su?rez-Barajas.
En ese momento nos anunciaba su pronta llegada a Vigo. Una hora y media de transbordo y ya estaba al aeropuerto de Peinador a las 08.00 horas aproximadamente. Fue su hijo de 20 a?os quien lo fue a recoger. No hab?a honores, ni autoridades. Todo fue en el m?s estricto anonimato. Eso s?, “Tato” comenta que algunos compa?eros cuando llegaron a Madrid “hicieron como el Papa, besaron el suelo”.
Esta vez en el trayecto que realizaron en autob?s para llegar al aeropuerto de Guayaquil no hubo ning?n tipo de asalto. El veh?culo iba escoltado como si se tratase del coche oficial del presidente de EE.UU: dos coches por delante con gente armada y dos por detr?s. Dentro del autob?s, también escolta privada, relata Alberto ?lvarez. Comenta que, a?n as?, no estabas tranquilo: "Ve?as pasar unas motocicletas y ya te pon?as nervioso. Pensabas que el asalto se pod?a repetir”.
Deshaciendo las maletas nos iba comentando su peripecia, la pena que por una parte le produce dejar as? el barco, pero est? convencido de que la decisi?n tomada de regresar fue la adecuada. “Nos ofrecieron quedarnos en una villa que tiene la empresa. Pero eso ser?a como una c?rcel. Ya era dif?cil vivir siempre rodeado de escoltas y que si sal?as del hotel era por tu cuenta y riego, como para hacerlo en una villa”.
Alberto ?lvarez tiene seguro que no repite la experiencia. “No tengo ning?n prop?sito de regresar all?. Lo que ocurri? fue como en una pel?cula. Al principio no eres consciente de lo que estaba pasando. Escuchaba impactos de balas de ametralladoras en el autob?s y, sin bien, parec?a que los disparos de los tres motoristas que trataban de asaltar el autob?s, no se dirig?an hacia nosotros, sino contra el conductor y contra las ruedas, fueron 15 minutos de persecuci?n terribles. No dabas crédito a lo que pasaba. Nos salvamos por los escoltas, pero también por la pericia que demostr? el conductor, que a él si le pasaban las balas silbando. Los escoltas le gritaban, ?arr?llalos, arr?llalos!”.
Ahora pienso en darme un capricho e ir unos d?as de vacaciones
Recuerda que el d?a que tuvo lugar el asalto, el autob?s recorr?a una carretera secundaria, muy oscura. Afirma que es un pa?s de contradicciones. “La gente que de all? que trabajaba con nosotros es encantadora, como los que nos trataban en el hotel. Se desviv?an para hacernos la vida agradable. Sin embargo después te encuentras con estas bandas que se dedican a extorsionar a las empresas. Hay muertos casi todos lo d?as. El d?a anterior al asalto del autob?s hab?an matado a dos polic?as. Conoc?amos casos de espa?oles a los que les hab?an obligado a ir al cajero y sacarles todo el dinero que pod?an. Lo f?cil es que si sal?as del hotel por tu cuenta estuvieras poniendo en peligro tu vida. Nosotros, los espa?oles, somos un caramelo para estas bandas. Y son gente muy joven quienes forman parte de la banda. Lo pudimos comprobar en el asalto al autob?s", explica.
“Tato” asegura que la empresa armadora les ped?an que se quedaran : “?Con qué ?nimos te vas a quedar all??Es imposible. Todos nos negamos. Vas all? a ganar cuatro duros y una bala mal tirada te puede matar” , manifiesta el Alberto ?lvarez, que ya est? tranquilo en su casa de Cangas.
Nos avisa de que a?n no tuvo tiempo, pero que tiene pensado pegarse un capricho y, también, coger unas peque?as vacaciones, para olvidar un poco lo que sucedi? en Ecuador, aunque a?n rebota en su memoria
El grueso de la expedici?n lleg? por Oporto
Pr?cticamente nadie quiere hablar de lo sucedido. El cangués Alberto ?lvarez es uno de los pocos que se atreve a hacerlo. Hay como una especie de ley del silencio.
“Tato” considera que debe hablar de lo que pas?. ?l que es de un pueblo marinero, nos recordaba lo que pasaba con los piratas en el ?ndico, donde los barcos ten?an que llevar también escoltas, hasta que se hizo p?blico lo que all? ocurr?a y los asaltos piratas descendieron.
Dentro de lo malo, ning?n obrero de los que viajaban en el autob?s result? herido. Son trabajadores del naval, en su mayor?a de Vigo, también alguno de Ribeira, de empresas de carpinter?a naval, mec?nica, electricidad y pintura del muelle de reparaciones de Bouzas y del pol?gono de Caramuxo que trabajan habitualmente en Ecuador.
Alberto ?lvarez es aut?nomo. “Tato” y cinco trabajadores m?s llegaron a Vigo a través de Madrid por la ma?ana.
El resto, seg?n comenta el cangués, estaba previsto que lo hicieran por Amsterdam y de all? al aeropuerto de Oporto. La hora prevista de llegada era las 18.00.
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