El reloj biol?gico tiene un papel fundamental en la regulaci?n de numerosas funciones del organismo, incluyendo los horarios de sue?o y alimentaci?n. Estudios recientes han demostrado que los momentos en los que desayunamos y cenamos pueden tener un impacto significativo en la salud cardiovascular.

Y es que, cenar y desayunar temprano puede reducir el riesgo de problemas cardiovasculares.

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El estudio, realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona y la Universidad de la Sorbona de Par?s, entre otras instituciones, y publicado en la revista Nature, analiz? datos de m?s de 100,000 adultos durante un per?odo de siete a?os. Los participantes informaron sobre los horarios y la composici?n de sus comidas, y los investigadores utilizaron modelos estad?sticos para relacionar estos datos con la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Los resultados mostraron que desayunar después del mediod?a aumenta el riesgo de enfermedades cardiometab?licas en un 6% por cada hora de retraso. De igual manera, cenar después de las 9 de la noche incrementa en un 28% el riesgo de enfermedades cerebrovasculares, especialmente en mujeres.

El estudio también destaca los beneficios de un ayuno nocturno prolongado. Este periodo de descanso digestivo, que abarca desde la ?ltima comida del d?a hasta el desayuno del d?a siguiente, se asocia con un menor riesgo de enfermedades cerebrovasculares. Comer durante la fase de descanso del cuerpo, cuando los niveles de melatonina son altos, puede llevar a una mayor intolerancia a la glucosa y niveles elevados de az?car en sangre.

En conclusi?n, ajustar los horarios de las comidas para desayunar y cenar m?s temprano no solo favorece una buena alimentaci?n, sino que también puede ser crucial para la salud cardiovascular. Estas pr?cticas podr?an ayudar a reducir la incidencia de enfermedades cardiometab?licas y cerebrovasculares, proporcionando una base s?lida para una vida m?s saludable.



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