Es una paradoja. Los equipos que descienden a Segunda disponen de un fondo de compensaci?n. Aunque los clubes no puedan destinar la totalidad a salarios deportivos y deban dividirlo en dos anualidades, es evidente que compiten con mejores condiciones. La medida atiende a la sostenibilidad financiera pero, en ning?n caso, al equilibrio competitivo. No es extra?o que la liga espa?ola la compitan 14 equipos de manera permanente y otros 12, aproximadamente, que suben y bajan peri?dicamente.

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Viene a cuento del acuerdo de la Premier League para experimentar con un l?mite salarial para las plantillas en el 85% de los ingresos del club. Apela a “la sostenibilidad financiera y la competitividad equilibrada”. Adem?s, pretende alinearse a las nuevas regulaciones financieras de la UEFA, que inicio este l?mite al 90% esta temporada, al 85% en la 2024-25 y llegar?a al 70% en la 2025-26. Los porcentajes me parecen un desprop?sito, pero este es otro debate aunque sea al meollo del desastre.

Los l?mites salariales actuales no favorecen el equilibrio competitivo. Porque el desequilibrio crece con la desigualdad econ?mica y estos l?mites la agravan. Simple: un club que ingrese 1.000 millones podr? gastar 850; uno que ingrese 200, 170.

La Premier también plantea que los clubes no puedan gastar m?s de un “m?ltiplo de los ingresos (por televisi?n y premios) del club que menos ingresos de la liga”. Puede ser un mecanismo eficaz. Pero, no se conoce cu?l es el m?ltiplo (quiz?s 5) y se pretende que no tenga ning?n impacto sino se produce un “desequilibrio significativo”, sin cuantificar cu?nto es “significativo”.

Si no hay correcci?n, a corto plazo las competiciones domésticas y europeas terminar?n convertidas en monopolios en los que el equipo dominante presupuestar? como inversi?n de marca dejarse ganar de temporada en temporada.

Y resulta que, sin proponérmelo, he terminado hablando del Barça.



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