A veces he llegado a pensar que aquella famosa frase “estos son mis principios y si no le gustan, tengo otros”, la pronunci? Groucho Marx pensando en el FC Barcelona. Sarcasmo aparte, ahora que, de repente, se ha puesto tan de moda hablar del C?digo ?tico del FCB, convendr?a recordar lo que hist?ricamente viene sucediendo en un club que presume de valores, ética y transparencia.

Se hicieron ‘forensics’, auditorias de todo tipo, acciones de responsabilidad, se levantaron alfombras (?si?) y nadie, desde N??ez a Laporta, pasando por Gaspart, Reyna, Rosell y Bartomeu, fue capaz de hacer aflorar el caso Negreira.

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Se investig? a jueces, periodistas y hasta a directivos con dinero del club (?se acuerdan de Método 3?). También se hizo un viaje a Uzbekist?n en la primera etapa de Laporta. Bartomeu, por su parte, cometi? la torpeza de escuchar a su asesor Jaume Masferrer y hacer un mal uso de las redes sociales del club. Lo peor no fue eso, fue trocear las facturas para que sus directivos no se enteraran.

Mi primera gran decepci?n con Laporta en este su segundo mandato fue comprobar c?mo nos minti? con la composici?n de los avales y, principalmente, por haber modificado el C?digo ?tico para beneficio de su familia nada m?s llegar al club. Toda una declaraci?n de intenciones... y de principios. Después, entre otras muchas decisiones “discutibles”, coloc? a dedo en el cargo de Compliance Officer a un abogado que hab?a recogido firmas para su campa?a electoral. Por eso, todas las investigaciones del Compliance hay que ponerlas en cuarentena.

S?, es verdad, el FCB tiene un extraordinario C?digo ?tico y unos s?lidos estatutos, la Sagrada Biblia del club, pero se lo pasan por el Arco del Triunfo, como hemos visto ahora en el caso de ISL y como viene sucediendo con la Confederaci? Mundial de Penyes. Ni las votaciones de las asambleas se respetan... Adem?s, en un club normal, solo normal, no tendr?a cabida una figura como la de Alejandro Echevarr?a. Es algo inexplicable.

Ahora se pide la cabeza de Enric Masip por retuitear cuentas de perfil xen?fobo. En la esfera personal, est? en su derecho, como lo tuvo Elena Fort de estar con Junts en el Parlament de Catalunya. El problema es que no se han le?do ni se han aplicado el C?digo ?tico. Es decir, predicar con el ejemplo, pensar solo en el FCB y despojarse de intereses personales. Es tan sencillo como eso.



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